Vida y muerte de “La Ferrassie 1” cien años después


El 17 de septiembre de 1909 fue descubierto en el abrigo rocoso de La Ferrassie, en la Dordoña (Francia), el esqueleto prácticamente completo de un neandertal bautizado como “La Ferrassie 1”. En aquel entonces, los trabajos de excavación estaban dirigidos por Denis Peyrony y, tras el hallazgo, tanto él como su equipo se dieron cuenta de que se trataba claramente de una fosa funeraria. Este esqueleto, que ha sido datado entre 40 y 54 mil años de antigüedad, se convirtió en uno de los individuos neandertales más importantes, tanto por su excepcional estado de conservación como por el papel que ha jugado históricamente en la interpretación de la anatomía y comportamiento de los neandertales. Aunque se pensaba que ya estaba todo dicho sobre este individuo, un nuevo trabajo ha demostrado que “La Ferrassie 1” aún guardaba información valiosa en su esqueleto.

Recientemente ha salido a la luz un artículo sobre los nuevos estudios realizados en los huesos de “La Ferrassie 1”, que ponen de manifiesto que la aplicación de técnicas de paleontología virtual, en especial microtomografías computarizadas, permite conocer mejor a los individuos fósiles. El artículo, encabezado por el miembro del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA), Asier Gómez Olivencia, ha sido publicado en la revista científica especializada en evolución humana Journal of Human Evolution. En primer lugar, las investigaciones han descubierto nuevos restos de este individuo: los huesecillos del oído medio que se encontraban en el interior del hueso temporal, así como algunos fragmentos de costillas y vértebras que habían pasado desapercibidos todos estos años entre los huesos de fauna. En segundo lugar, ha sido posible identificar nuevas lesiones patológicas, incluyendo una fractura de la clavícula, la degeneración artrósica en la columna vertebral y una ligera escoliosis. Estas anomalías se sumarían a otras patologías descritas previamente como una fractura del fémur y una infección o carcinoma pulmonar, que pudo haber sido la causa de la muerte de este individuo. Por último, además de extraer información sobre su vida y posible muerte, los análisis tafonómicos han aportado nuevos datos sobre lo ocurrido tras su muerte.

“La Ferrassie 1” era un individuo masculino de más de 50 años de edad que sufrió varias lesiones a lo largo de su vida, probablemente en relación con su estilo de vida como cazador-recolector. En el momento de su muerte se sabe que sufría problemas relacionados con una enfermedad pulmonar. Tras su muerte, fue enterrado por otros miembros de su grupo en lo que hoy conocemos como abrigo de La Ferrassie, un lugar que los neandertales usaron para inhumar a varios individuos y también como campamento ocasional durante miles de años. Más de un siglo después de su descubrimiento, este excepcional individuo sigue proporcionando información muy valiosa que nos ayuda a comprender mejor la vida y la muerte de los neandertales.

Referencia: Gómez-Olivencia, A., et al., 2018. La Ferrassie 1: New perspectives on a “classic” Neandertal. Journal of Human Evolution. 117, 13-32. DOI: https://doi.org/10.1016/j.jhevol.2017.12.004