La cueva gibraltareña de Gorham, declarada Patrimonio de la Humanidad


La cueva de Gorham, situada en el peñón de Gibraltar, ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad por el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, que celebró su 40ª reunión en Estambul. El sitio, considerado uno de los últimos lugares habitados por neandertales, fue descubierto en 1907 por el capitán A. Gorham (a quien debe su nombre), pero no fue hasta los años 40 del siglo pasado cuando adquirió importancia como yacimiento arqueológico.

En sus excavaciones se han encontrado evidencias de que los neandertales, que vivieron allí durante más de 125 mil años, no desaparecieron por un cambio climático, como se consideraba probable hasta hace poco. Los investigadores han podido establecer tres posibles fechas de desaparición de los neandertales (hace 32 mil, 28 mil o 24 mil años), pero en ninguna de ellas hubo un cambio significativo de temperatura. Asimismo, los estudios llevados a cabo en esta cueva muestran que los comportamientos de las poblaciones gibraltareñas de neandertales y de Homo sapiens apenas diferían.

En 2014 se produjo uno de los hallazgos más importantes de la cueva de Gorham: un grabado del tamaño de la palma de una mano realizado por neandertales, que prueba la capacidad cognitiva de esta especie, hasta entonces subestimada. Hasta este hallazgo, las pinturas rupestres y los grabados en cuevas se consideraban fruto de la evolución humana y se vinculaban únicamente con los humanos modernos. Este es un concepto que ahora ha quedado puesto en cuestión.

Las investigaciones de los últimos seis años en la cueva de Gorham se han llevado a cabo por un equipo multidisciplinar liderado por Clive Finlayson, paleontólogo, zoólogo y director del Museo de Gibraltar. De ese equipo forman parte algunos científicos del Equipo de Investigación de Atapuerca.