Rinocerontes y mamuts en el norte de Navarra


By Manuel Rodríguez Almagro y Asier Gómez Olivencia / Universidad del País Vasco UPV/EHU

El valle de Larraun, etimológicamente “lugar de pastizales”, está situado al norte de Navarra y es una zona de paso estratégica entre la cuenca del río Oria y la cuenca de Pamplona. Haciendo honor a su nombre, actualmente acoge varias explotaciones ganaderas de caballos y vacas. Sin embargo, hace 46.000 años también era posible ver rinocerontes lanudos y mamuts.

En febrero de 1996, durante unos trabajos de topografía en la cueva de Mainea (Uitzi, Navarra), varios miembros del grupo de espeleología Otxola descubrieron un molar de mamut en una de las galerías de la misma. El hallazgo fue puesto en conocimiento de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Bajo la dirección de Paco Etxeberria, miembros de ambas agrupaciones recuperaron los restos fósiles que fueron inventariados por el prestigioso paleontólogo Jesús Altuna. Un equipo multidisciplinar dirigido por paleontólogos de la Universidad del País Vasco y también miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha realizado un estudio en detalle de estos restos, incluyendo una datación directa, y el estudio de los isótopos estables de carbono y nitrógeno, que aportan información sobre el clima.

Mainea es un yacimiento único en la península ibérica, ya que solo se han encontrado restos de lo que se conoce popularmente como “faunas frías”, es decir, animales adaptados a los momentos de glaciación. Los más de 200 fósiles representan 5 individuos de rinoceronte lanudo de diferentes edades y un ejemplar de mamut. Este tipo de fósiles son raros en la península ibérica y suelen aparecer junto con otras especies faunísticas.

“Los restos están muy bien preservados. En el caso de los rinocerontes lanudos, se conservan fragmentos de todas las partes del esqueleto y hay individuos de diferentes edades, desde un individuo perinatal (feto a término o recién nacido) hasta un individuo senil de más de 25 años. En el caso del mamut, apenas se han recuperado 5 restos que podrían corresponder a un individuo de unos 30 años”, señala Manuel Rodríguez, autor principal del trabajo. “La superficie de algunos huesos muestra que un carnívoro de pequeño tamaño consumió parte de las carcasas, pero estos restos no presentan el patrón típico que presentan los cubiles de hienas”, indica Nohemi Sala, especialista en tafonomía. Además, tal y como asegura el geólogo Martin Arriolabengoa, “los restos hallados podrían haber llegado a la cueva a través de una dolina que actuó como una trampa natural por la que los ejemplares se precipitaron y llegaron a la cueva”.

Durante el Pleistoceno superior (desde hace unos 126 mil hasta hace unos 12 mil años), aunque con oscilaciones, el clima era más frío que el actual. En Eurasia, y al sur de las grandes masas de hielo, se desarrolló un bioma único llamado estepa de mamut, que contaba además con rinocerontes lanudos, bisontes, caballos y renos, así como carnívoros (hienas, leones, lobos, glotones, zorros árticos…). Las fluctuaciones climáticas expandían o contraían este ecosistema y en los momentos más fríos del Pleistoceno algunas especies adaptadas al frío llegaban más al sur, entrando en la península ibérica, que en general estaba habitada por faunas sin estas adaptaciones a esas temperaturas tan extremas. El estudio de los isótopos estables de carbono y nitrógeno es el primero que se realiza en un resto de rinoceronte lanudo de la península ibérica y los resultados son similares a otros yacimientos del norte de Europa. “Los isótopos muestran el desarrollo de la estepa del mamut en el entorno de Mainea (724 metros de altitud): la altitud del entorno compensaría la situación más meridional del yacimiento”, comenta el paleontólogo Asier Gómez Olivencia.

Una datación radiocarbónica de uno de los restos de rinoceronte indica una edad de 46.000 años para el conjunto. “Esta datación es interesante ya que indica un momento en el que vivieron los últimos neandertales con culturas del Paleolítico medio en la región e indica un momento frío”, afirma el arqueólogo Joseba Rios.

El estudio sobre los restos fósiles de Mainea ha sido realizado por un equipo internacional y multidisciplinar de paleontólogos, geólogos y arqueólogos de la Universidad de Tübingen (Alemania) y del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH, Burgos), y ha sido coordinado desde la Universidad del País Vasco y la Sociedad de Ciencias Aranzadi.

Referencia:

Rodríguez-Almagro, M., et al., 2020. Ecological conditions during the Middle to Upper Palaeolithic transition (MIS 3) in Iberia: the cold-adapted faunal remains from Mainea, northern Iberian Peninsula. Boreas. DOI: https://doi.org/10.1111/bor.12501