Ayudas de investigación de la Fundación Atapuerca


Ana Isabel Ortega es arqueóloga y beneficiaria de una ayuda posdoctoral a la investigación Reale Foundation de la Fundación Atapuerca

Mi relación con el mundo de las cuevas de Atapuerca se remonta a los tiempos de la juventud… Aquellos lejanos años en que nos abrimos al mundo y con energías casi infinitas nos lanzamos al descubrimiento del universo imaginario. Mi historia comienza en 1979 con la revelación de un espacio ajeno de la mano de los espeleólogos del Grupo Edelweiss, que me mostraron un paisaje oculto hasta entonces, el karst, en el que deambular por sus conductos subterráneos motivó mi curiosidad por conocer el significado de este territorio para el hombre.

En 1981 participé en la prospección arqueológica de la Galería del Sílex, un espacio cargado de simbolismo para las gentes del entorno de la sierra de Atapuerca durante el Neolítico y la Edad del Bronce. En su interior, el arte rupestre, los abundantes restos de cerámicas, herramientas líticas y huesos de animales, junto a numerosos restos humanos (reliquias) revelaban antiguos rituales en un espacio sagrado de la Prehistoria. Este acercamiento me mostró la huella del pasado, descubriéndome la Arqueología.

Pero, como ocurre en casi toda historia humana, la decisión de dedicarme a esta rama de la ciencia vino por un tropiezo, ya que fue mi segunda opción universitaria, pero esto hizo que colaborase con el Departamento de Arqueología del Colegio Universitario de Burgos. Entre 1981 y 1983 participé en las excavaciones de Juan María Apellániz en el Portalón de Cueva Mayor y en 1982 fui de visita a las de Emiliano Aguirre, quien me invitó a participar. Fue una experiencia excepcional, destacando sobre todo el equipo de personas; el ambiente era extraordinario y pasé a formar parte del equipo de Atapuerca, participando desde entonces en todas las campañas.

Mi vida cambió, centrándome en estos yacimientos, estudié la especialidad en la Universidad de Valladolid, defendiendo en 1988 el trabajo de investigación sobre la industria lítica de Torralba (Soria), bajo la dirección de Eudald Carbonell. Años más tarde, en 2009, desarrollé mi tesis doctoral en el conocimiento de la génesis del karst de la sierra de Atapuerca y sus yacimientos, para comprender la ocupación de estas cavidades a lo largo del tiempo. En el desarrollo posdoctoral sigo profundizando en la ocupación y uso de los paisajes kársticos.

Otra faceta importante de mi dedicación a Atapuerca ha sido la gestión del patrimonio arqueológico centrado en el desarrollo de intervenciones y normativas relacionadas con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) y su Plan Director, la declaración de Patrimonio de la Humanidad y el Espacio Cultural de la Sierra de Atapuerca, así como el control arqueológico de las diferentes estructuras de protección de los yacimientos o la labor de socialización de la investigación en proyectos de musealización y divulgación. Trabajos cuyo desarrollo en equipo aporta una visión complementaria a la problemática de gestión y divulgación de un sistema tan excepcional como el de Atapuerca.

Esta labor no podría haber sido posible sin el apoyo de las ayudas a la investigación de la Fundación Atapuerca, para el desarrollo de tesis doctorales y estudios posdoctorales. Estas representan un esfuerzo para promover el conocimiento de los yacimientos de Atapuerca, canalizando la colaboración entre la sociedad y la ciencia. Por ello, quiero agradecer el apoyo recibido por esta entidad durante mi investigación predoctoral, que tuvo lugar durante los años 2005 y 2008. Tras acabar la tesis obtuve un contrato Juan de la Cierva (Ministerio de Ciencia e Innovación - MICINN, 2011-2013) y en 2014 una bolsa de viaje “Ruth Lee Kennedy” - Fulbright para una estancia en la Universidad de Colorado (Estados Unidos). Desde 2016, la Fundación Atapuerca, en colaboración con Reale Foundation, sigue apoyando mis trabajos en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana.