Desenfunda o muere: los dientes más rápidos de Atapuerca


Por Mario Modesto-Mata / Fundación Atapuerca - CENIEH

Los dientes contienen los tejidos del cuerpo más duros que existen en un organismo vivo, convirtiéndolos en los fósiles que resisten mejor el paso del tiempo y que tienen las mayores probabilidades de conservarse en los yacimientos. Además, presentan otra ventaja extra y formidable para los paleoantropólogos: crecen. Aunque parezca una obviedad, ya que todos los tejidos y órganos también lo hacen, el modo de aumentar de los dos principales tejidos dentales sigue un patrón similar al que se observa en los aros de las cebollas, los anillos de los árboles o los mismísimos pisos de un rascacielos. Es decir, crecen a capas, a un ritmo regular y constante. A diferencia de las comparaciones hechas, tanto el esmalte como la dentina lo hacen con un ritmo diario (circadiano), manifestando además unas líneas más visibles aproximadamente cada semana. En el esmalte, las primeras reciben el nombre de estrías transversales, mientras que las segundas son las estrías de Retzius, también llamadas perikymata cuando llegan a la superficie. Lo importante es que el número de estrías transversales existente entre dos estrías de Retzius es constante en todo el diente de un individuo y entre todos sus dientes. Con todos estos contajes de líneas podemos estimar con mucha precisión el tiempo de formación de las piezas.

En un artículo recientemente publicado en Scientific Reports y liderado por el paleoantropólogo Mario Modesto-Mata, se abordó el estudio de las líneas de crecimiento del esmalte en todos los dientes de los homininos de la sierra de Atapuerca. Entre ellos se incluyó el individuo de la Sima del Elefante (de 1,2 millones de años), Homo antecessor de Gran Dolina-TD6 (860.000 años) y los homininos de la Sima de los Huesos (430.000 años). Asimismo, contó con una amplia colección de referencia de humanos modernos.

Los resultados indicaron que, de un modo general, el número de líneas era menor en cualquier población de Atapuerca comparada con Homo sapiens, aunque este resultado no fue homogéneo, ya que se observó un patrón en mosaico dependiendo del tipo dental considerado. Teniendo en cuenta todos los dientes en conjunto, se detectó que el tiempo de formación del esmalte, tanto en Homo antecessor como en los homininos de la Sima de los Huesos, era aproximadamente un 25% más rápido que el observado en los Homo sapiens.

Además, sabiendo que existe una cierta relación entre la madurez esquelética y el desarrollo dental, estos resultados permiten hipotetizar que el desarrollo ontogenético y la madurez esquelética pueden estar también avanzados en las poblaciones del Pleistoceno inferior y medio de la sierra de Atapuerca.