Galería. Un punto clave en el paisaje de la sierra de Atapuerca


Por Isabel Cáceres y Paula García – Medrano. URV / IPHES – CERCA

Ficha técnica

Situación: Trinchera del Ferrocarril, sierra de Atapuerca.

Antigüedad: 400.000 – 120.000 años.

Materias primas: Sílex neógeno, sílex cretácico, cuarcita, cuarzo, arenisca y caliza.

Tipos de herramientas: grandes instrumentos (bifaces, hendedores y cantos tallados), lascas retocadas (denticulados, raederas y puntas), matrices para tallar y cantos de río, aportados a la cavidad para ser usados tanto en las actividades de talla como en las de carnicería.

Restos humanos: Fragmento parietal y fragmento mandibular pertenecientes a Preneandertal.

Descripción: Los herbívoros, en su mayoría caballos y ciervos, caían a la cueva a través de un conducto vertical, donde quedaban atrapados. Los humanos accedían al interior de la cavidad para procesar y consumir estos animales.

PASADO, PRESENTE Y FUTURO

Galería es una de las cavidades de Trinchera del Ferrocarril, formada por tres sectores: un tramo horizontal central (TG) conectado en el extremo Norte con una pequeña sala –Covacha de los Zarpazos (TZ)– y en el extremo Sur, con una sima abierta al exterior –Trinchera Norte (TN). Las tres zonas estuvieron conectadas y mantuvieron un funcionamiento sincrónico. La secuencia de Galería se enmarca entre los 400.000 y los 120.000 años de antigüedad. Los primeros trabajos comenzaron en la zona central en 1976, aunque la excavación sistemática no empezó hasta 1982, manteniéndose hasta 1996. Los trabajos se retomaron en 2002 para centrarse en la zona de TZ. En 2010 la excavación pivotó de nuevo hacia la zona de TG y TN, donde continúa en la actualidad.

Los fósiles recuperados en Galería son mayoritariamente de herbívoros. Las especies representadas son ciervo, caballo, bóvido y rinoceronte. Los restos pertenecientes a carnívoros son menos numerosos, pero muy diversos, ya que encontramos huesos de oso, león, lince, lobo, zorro, tejón, comadreja y marta. La asociación faunística de Galería sugiere un clima templado con predominio de los paisajes abiertos y con una extensión variable de los bosques, con condiciones algo más áridas hacia el final de la secuencia. Los estudios tafonómicos indican que tanto homininos como carnívoros realizaron accesos primarios sobre los animales caídos por la trampa natural. Ello sugiere que las visitas de ambos se fueron alternando en el tiempo y, en ocasiones, los carnívoros carroñeaban los restos abandonados por los humanos.

Las condiciones cavernarias de la cavidad no favorecieron el desarrollo de actividades domésticas en su interior. Las ocupaciones humanas en Galería fueron cortas y repetidas, pero dedicadas principalmente a la carnicería, para procesar las carcasas de los animales caídos. Los homininos consumían in situ parte de la carne y de la médula, por lo que en las superficies de los huesos se han documentado marcas de corte y marcas de percusión. Después, realizaban un transporte diferencial de estos cuerpos, de manera que los animales más pequeños o las partes anatómicas más ricas en nutrientes (extremidades) fueron transportados a otros lugares fuera de Galería. Por esta razón, el registro óseo se caracteriza por la mayoritaria presencia de restos craneales, torácicos (vértebras y costilla) y caderas.

Para desarrollar este tipo de actividades, los humanos que visitaron Galería utilizaron herramientas realizadas en una gran variedad de materias primas entre las que destacan sílex, cuarcita, arenisca y cuarzo. Dada la eventualidad de las ocupaciones, las cadenas de producción de instrumentos están fragmentadas, de manera que estos se elaboraban en el exterior de la cavidad y se introducían una vez hechos. La industria de Galería se adscribe al Modo 2 o Achelense. Esta tecnología se caracteriza por el uso de grandes instrumentos como bifaces y hendedores, junto con choppers y chopping-tools. Junto con estos grandes instrumentos, una amplia variedad de lascas de pequeño y mediano tamaño fueron seleccionadas para ser retocadas, generando raederas, denticulados, puntas y muescas.

La sierra de Atapuerca, la riqueza de su entorno y las múltiples cavidades abiertas simultáneamente, pero ofreciendo distintas condiciones cada una de ellas, favorecieron las ocupaciones humanas durante más de un millón de años, ofreciendo a los pobladores múltiples opciones y diferentes escenarios donde desarrollar su amplio elenco de actividades. Galería no reunía las condiciones necesarias para ser habitada, pero sí fue un enclave fundamental para ahondar en nuestro conocimiento de la plasticidad del comportamiento humano durante el Pleistoceno medio.