Nuevas pistas sobre las actividades cotidianas de los primeros humanos


Septiembre 2018

Hace más de 2,5 millones de años en África los homínidos utilizaban herramientas de piedra de gran volumen, pero de algunas de ellas aún se desconoce toda la variedad de usos que tenían. Por este motivo, un equipo del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) ha realizado una amplia revisión histórica y arqueológica, y ha experimentado a partir de piezas encontradas en Orce (Granada), con una antigüedad de sobre 1,3 millones de años.

Un rascador de gran formato es un útil que dispone de una extremidad convexa y muy abrupta, con rastros de uso, tales como marcas de trituración o retoques irregulares. Estas grandes herramientas podrían haber sido utilizadas para la carnicería u otros tipos de tareas diarias que incluyeran materiales como la madera, los tendones o las pieles. Así lo explican en el artículo recientemente publicado en la revista Comptes Rendus Palevol los miembros del IPHES Deborah Barsky, Josep Maria Vergès, Stefania Titton, Miquel Guardiola y Robert Sala, que han llevado a cabo la investigación en colaboración con Isidro Toro-Moyano, del Museo Arqueológico y Etnológico de Granada.

El estudio fundamenta los usos de los raspadores de gran formato como tipo de herramienta, de acuerdo con su representación cronogeográfica en los principales yacimientos arqueológicos. Están documentados desde los inicios de la fabricación de herramientas de piedra, durante el periodo cultural Olduvayense, que comenzó en África hace unos 2,5 millones de años. Se caracterizan por su superficie plana, orientada perpendicularmente a un borde, abrupta y convexa que muestra extracciones de lascas pequeñas, retoques abruptos y marcas de aplastar.

Se han identificado piezas que coinciden con esta descripción en los yacimientos atribuidos al Olduvayense en África, por ejemplo, en el Bed I de Olduvai Gorge (Tanzania, 1,8 millones de años) y Fejej FJ-1a (Etiopía, 1,9 millones de años), y también en yacimientos euroasiáticos como Dmanisi (Georgía, 1,8 millones de años) o Barranco León y Fuente Nueva 3 (Orce, España, 1,4 y 1,2 millones de años, respectivamente), entre otros.

Nuevas pistas sobre las actividades cotidianas de los primeros humanos

Hace más de 2,5 millones de años en África los homínidos utilizaban herramientas de piedra de gran volumen, pero de algunas de ellas aún se desconoce toda la variedad de usos que tenían. Por este motivo, un equipo del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) ha realizado una amplia revisión histórica y arqueológica, y ha experimentado a partir de piezas encontradas en Orce (Granada), con una antigüedad de sobre 1,3 millones de años.

Un rascador de gran formato es un útil que dispone de una extremidad convexa y muy abrupta, con rastros de uso, tales como marcas de trituración o retoques irregulares. Estas grandes herramientas podrían haber sido utilizadas para la carnicería u otros tipos de tareas diarias que incluyeran materiales como la madera, los tendones o las pieles. Así lo explican en el artículo recientemente publicado en la revista Comptes Rendus Palevol los miembros del IPHES Deborah Barsky, Josep Maria Vergès, Stefania Titton, Miquel Guardiola y Robert Sala, que han llevado a cabo la investigación en colaboración con Isidro Toro-Moyano, del Museo Arqueológico y Etnológico de Granada.

El estudio fundamenta los usos de los raspadores de gran formato como tipo de herramienta, de acuerdo con su representación cronogeográfica en los principales yacimientos arqueológicos. Están documentados desde los inicios de la fabricación de herramientas de piedra, durante el periodo cultural Olduvayense, que comenzó en África hace unos 2,5 millones de años. Se caracterizan por su superficie plana, orientada perpendicularmente a un borde, abrupta y convexa que muestra extracciones de lascas pequeñas, retoques abruptos y marcas de aplastar.

Se han identificado piezas que coinciden con esta descripción en los yacimientos atribuidos al Olduvayense en África, por ejemplo, en el Bed I de Olduvai Gorge (Tanzania, 1,8 millones de años) y Fejej FJ-1a (Etiopía, 1,9 millones de años), y también en yacimientos euroasiáticos como Dmanisi (Georgía, 1,8 millones de años) o Barranco León y Fuente Nueva 3 (Orce, España, 1,4 y 1,2 millones de años, respectivamente), entre otros.