VOLUMEN ESPECIAL DE “QUATERNARY INTERNACIONAL” SOBRE ESTUDIOS FUNCIONALES


Por Juan Luis Fernández Marchena, Lena Asryan, Antonella Pedergnana y Andreu Ollé / IPHES – Editores

Varios miembros del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) han editado un nuevo volumen en la revista Quaternary International, que recoge trabajos presentados en la sesión titulada “Not only use: application of functional methods for a better comprehension of operative chains”, desarrollada en el marco de la 24ª Reunión Anual de la European Association of Archaeologists (EAA) (Barcelona, septiembre de 2018).

Dicha reunión invitaba a presentar diferentes metodologías utilizadas en los estudios funcionales, y a discutirlas desde una visión multidisciplinar, que contemplara huellas de diferente origen (tecnológico, de uso, posdeposicionales…) sobre materiales variados, así como residuos adheridos a sus superficies. Se pretendía, con ello, abordar la reconstrucción de las cadenas operativas de los objetos arqueológicos, es decir, sus “historias de vida” completas.

La iniciativa surgió del grupo de traceología del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) (@traceoIPHES), desde donde se promueve una aproximación multiescalar, basada en una documentación exhaustiva de los procesos y los materiales, para la cual es necesario el uso complementario de varias técnicas de análisis.

El volumen, editado desde el SERP (Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas) de la Sección de Prehistoria de la Universidad de Barcelona, el Laboratorio de Traceología de Monrepos (Alemania), la Universidad Rovira y Virgili y el propio IPHES, recoge 18 trabajos, realizados por un total de 53 autores de 24 instituciones diferentes.

La mayoría de los artículos cubren aspectos relativos a distintas fases del proceso de producción y uso de instrumentos fabricados en materiales, tanto de origen orgánico como cerámico o lítico, algunos de ellos todavía muy poco estudiados, o difíciles de documentar en contextos arqueológicos, como los palos cavadores de madera o las lámparas. Dicha variedad temática ha permitido poner de relieve un amplio abanico de propuestas metodológicas y técnicas analíticas.

Una parte importante de las contribuciones proceden de miembros del EIA. Las dos primeras se centran en propuestas metodológicas relacionadas con la aplicación de la microscopía óptica y electrónica al desgaste dental, y están liderados por Raquel Hernando y John Willman respectivamente.

Otros dos trabajos basan su interés en materiales de origen orgánico. El primero es el encabezado por Gala García-Argudo, que propone el uso complementario de distintas técnicas para la difícil documentación de la superficie nacarada de gasterópodos marinos como Homalopoma sanguineum, utilizados como adornos en el Paleolítico superior. El segundo de estos artículos está firmado en primer lugar por Paula Mateo, e introduce una aproximación experimental a los instrumentos de hueso poco elaborados, contemplando el proceso completo desde su fabricación a su uso.

El resto de las aportaciones analizan el estudio de huellas de uso en instrumentos líticos. Un primer trabajo, liderado por Lena Asryan, está dedicado a los conjuntos del Paleolítico medio del yacimiento de Azokh, en el Cáucaso, mientras que el segundo, capitaneado por Antonella Pedergnana presenta, los resultados del examen de los instrumentos de cuarcita del nivel TD10.1 de Gran Dolina, interpretado como un campamento preneandertal.

Cristina López Tascón encabeza un tercer artículo dedicado a la traceología de instrumentos líticos. En él, se presenta un programa experimental para reconocer actividades de grabado de roca caliza con objetos de sílex y cuarcita, encaminado a identificar cuáles fueron los útiles usados para realizar los grabados del abrigo de La Viña (Asturias).

Las dos últimas contribuciones de miembros del EIA se sitúan en un ámbito estrictamente metodológico. La primera, liderada por Juan Ignacio Martín-Viveros, propone una aproximación multianalítica al estudio de los residuos adheridos en superficies líticas, diseñada para avanzar en la evaluación de la relación entre dichos microrrestos y la función de los instrumentos. Finalmente, el volumen cuenta con otro texto firmado en primer lugar por Antonella Pedergnana, dedicado en este caso a la cuantificación mediante microscopía confocal de los efectos de la limpieza mecánica en artefactos líticos.

La buena acogida que tuvo la sesión en un congreso internacional como el de la EAA dio fe del creciente interés por los análisis de microdesgaste sobre diferentes materiales, así como por la continua evolución de las propuestas metodológicas que van desarrollando unos investigadores cada vez más interconectados, menos encasillados en sus respectivos campos de estudio. Este volumen monográfico es una buena prueba de ello, y permite visibilizar a la comunidad científica el trabajo invertido en costosos experimentos y en las largas sesiones frente al microscopio.

Referencia:

Fernández-Marchena, J. L., et al., 2020. Not only use. Quaternary International. DOI: https://doi.org/10.1016/j.quaint.2020.10.015

ENLACES DE INTERÉS

Raquel Hernando. https://doi.org/10.1016/j.quaint.2020.05.022

John Willman. https://doi.org/10.1016/j.quaint.2020.05.027

Gala García-Argudo. https://doi.org/10.1016/j.quaint.2020.08.049

Paula Mateo. https://doi.org/10.1016/j.quaint.2020.04.033

Lena Asryan. https://doi.org/10.1016/j.quaint.2020.05.028

Antonella Pedergnana. https://doi.org/10.1016/j.quaint.2019.11.015

Cristina López Tascón. https://doi.org/10.1016/j.quaint.2020.07.012

Juan Ignacio Martín-Viveros. https://doi.org/10.1016/j.quaint.2020.06.046

Antonella Pedergnana. https://doi.org/10.1016/j.quaint.2020.06.031