La imponente Gran Dolina y Penal, su hermana menor


Por Andreu Ollé / IPHES-CERCA. Palmira Saladié / IPHES-CERCA. María Martinón - Torres/ CENIEH y Elena Santos / ISCIII

Una secuencia de referencia para Atapuerca, y para el Pleistoceno inferior y medio de Europa

Ficha técnica

Situación: Trinchera del Ferrocarril, sierra de Atapuerca

Antigüedad: 1 millón de años – 250.000 años

Materias primas o tipo de herramientas: Modo 1 (Olduvaiense), Modo 1 evolucionado, Modo 2 Achelense y transición Achelense a Musteriense. Sílex neógeno, sílex cretácico, cuarcita, arenisca y cuarzo.

Restos humanos: 170 restos humanos pertenecientes a un número mínimo de individuos de 11 de Homo antecessor.

Descripción: Gran Dolina es uno de los yacimientos más ricos de la sierra de Atapuerca. Su potente estratigrafía, con más de 25 metros de sedimentos, contiene un registro arqueopaleontológico que va desde hace casi un millón de años a hace unos 250.000. En esta secuencia, destacan la unidad TD6, con los fósiles de Homo antecessor y los restos de sus ocupaciones, y TD10, con los restos de varias fases de frecuentación de la cueva protagonizadas ya por las comunidades preneandertales, que, además de visitas esporádicas, incluyen también ejemplos de cazaderos de bisontes y de campamentos organizados.

PASADO, PRESENTE Y FUTURO

Gran Dolina es un archivo crucial en el sistema Atapuerca, que vamos leyendo gracias a su excavación sistemática desde inicios de los años 80 y a multitud de estudios multidisciplinares.

La secuencia de Gran Dolina empieza con varios metros de sedimentos de interior de cueva. Hace 900.000 años, en la unidad TD4, la cavidad se abre y encontramos los primeros vestigios de presencia humana, con un reducido conjunto de herramientas de piedra que acompañan a un rico conjunto de fósiles de animales.

Por encima, en la unidad TD6 encontramos el primer ejemplo en Europa de un campamento central, un enclave que los grupos de cazadores-recolectores utilizarían como hábitat temporal. La colección de fósiles refleja un ambiente rico y variado, con una larga lista de ungulados, megafauna, carnívoros, roedores, reptiles y aves. Buena parte de los herbívoros aparecen altamente antropizados, y se han podido reconocer patrones claros de caza, con selección y transporte de partes de las carcasas a la cueva para su procesado. El conjunto de herramientas de piedra de TD6 representa también un salto cualitativo respecto a los niveles más antiguos, ya que, por primera vez, encontramos cadenas de producción de útiles completas, variadas, y relativamente elaboradas.

Además, TD6 ha aportado un rico conjunto de fósiles humanos. Su descubrimiento en 1994 resultó excepcional por tres razones: 1) representaban los fósiles humanos más antiguos de Europa (850.000 años); 2) mostraban un mosaico de rasgos anatómicos que llevó a la propuesta de una nueva especie, Homo antecessor; y 3) evidenciaban el caso de canibalismo más antiguo de toda la Prehistoria, posiblemente relacionado con eventos de competencia intergrupal.

1985. Gran Dolina. Foto: MNCN

Por encima de TD6, tenemos las unidades TD7 y TD8 con un registro paleontológico riquísimo, pero con evidencias débiles de presencia humana. Cerrando la secuencia, la unidad TD10, con una antigüedad que va de los 450.000 a los 250.000 años, alberga riquísimas concentraciones de restos faunísticos y líticos, fruto de ocupaciones con particularidades muy distintas. Los niveles más antiguos son claramente Achelenses ?con sus característicos bifaces, hendedores, cuchillos de dorso, denticulados, puntas, raederas?, asociados a ocupaciones de carácter esporádico. En TD10.2 descubrimos un “lecho de huesos de bisonte”, en el cual el 99% de restos son de estos animales. Su estudio puso al descubierto el caso más antiguo de caza comunal. Se trataría de un cazadero estacional, que requeriría la colaboración entre varios miembros de un grupo, y desde el que, tras un procesado inicial, partes de las presas cobradas se transportarían a otros lugares de hábitat.

El último gran suelo de ocupación se encuentra en TD10.1 y presenta, de nuevo, las características de un campamento, en el que se procesaron y consumieron esencialmente ciervos. En lo relativo a la tecnología, aparecen ya los rasgos del Paleolítico medio inicial. Por encima, documentamos una disminución progresiva en la utilización de Gran Dolina, con ocupaciones de carácter esporádico, tras las cuales nos encontramos ya los sedimentos estériles que sellaron la entrada de la cavidad.

Una de las principales novedades de esta campaña ha sido la reapertura del yacimiento de Penal, situado frente a la Gran Dolina. En este yacimiento se excavaron a comienzos de los años 90 dos sondeos perpendiculares en los que se encontraron unos 60 registros entre restos de fauna y piezas de industria.

1986. Penal. Foto: José María Bermúdez de Castro

La hipótesis de trabajo es que los niveles estratigráficos del yacimiento de Penal se corresponden con los niveles fértiles inferiores de la Gran Dolina, posiblemente TD4, TD5 y TD6, donde se halló la especie Homo antecessor. Estaríamos así excavando una zona muy próxima a la entrada de la cueva. Durante los trabajos de acondicionamiento, limpieza y protección del yacimiento se halló un canto de cuarcita tallado con el que se ratificó la presencia humana en Penal.