In Memoriam: Norah Moloney (1945-2018)


Noviembre 2018

Norah Moloney era arqueóloga e investigadora del University College of London (UCL).

Isabel Cáceres (IPHES): Conocí a Norah en Atapuerca, durante mi primera campaña en el año 1991. Compartimos mesa en Los Claveles durante una comida. Y lo recuerdo no porque yo tenga una memoria privilegiada, sino porque yo era una cría y aquel día pensé que estaba con alguien muy importante. Y la verdad, no sabía cuánto. Quince años después, en 2006, empecé a colaborar en el equipo de investigación de Azokh Cave (Nagorno-Karabagh), en el que Norah era la especialista en industria lítica. Durante seis años compartimos excavación, viajes larguísimos, reuniones, laboratorio, formación de estudiantes y también comidas, risas y alguna que otra fiesta que hizo madurar nuestra amistad. Fueron años increíbles en los que jamás vi una mala cara, un mal gesto. Norah siempre fue una gran profesional, un pilar importante de aquel proyecto y, sobre todo, una gran persona.

Norah tenía un don: hacía importantes a las personas, las hacía especiales. Ella ya me hizo sentir así en aquella primera comida en Los Claveles; por eso la recordaba y por eso nunca la olvidaré.

Marina Mosquera (IPHES): El primer recuerdo reseñable que tengo de Norah debe de ser de 1992. Yo estaba empezando mi tesis doctoral y la invité a casa un par de días. Durante su estancia, hablamos largo y tendido de su reciente tesis doctoral, que trataba sobre los bifaces y hendedores de cuarcita de Europa, un poco en contraposición a sus colegas ingleses que tradicionalmente estudiaban estos grandes instrumentos, pero en sílex. Yo creo que a ella siempre le gustó viajar y ver mundo, y por eso se especializó en una materia prima que no tienen ni en Inglaterra ni en Irlanda, lo que la "obligaba" a excavar y estudiar los yacimientos continentales y africanos. Cuando íbamos a tomar un café una de esas mañanas en mi casa, estábamos tan concentradas en la charla, que a mí se me olvidó poner agua en la cafetera italiana. Al ver que no "subía", me acerqué a ver qué pasaba y, en ese momento, la cafetera estalló y la mitad superior del "artefacto" salió disparada hacia el techo. No me dio de casualidad, pero, eso sí, tanto Norah como yo quedamos cubiertas de café molido calentito.

Lena Asryan (IPHES): Norah fue mi primera profesora de arqueología, la persona que me introdujo al "mundo de las piedras”. La conocí en el año 2003 en mi país de origen (Artsakh, Sur de Cáucaso), donde ella, junto a otros investigadores internacionales, excavaba cada año en un yacimiento de Pleistoceno. Desde entonces, se convirtió en una persona muy importante para mí, tanto a nivel profesional como personal. Fue ella quien me animó a seguir mis estudios en arqueología, fue la codirectora de mi trabajo final de máster y de la tesis doctoral. Me apoyó en todo, me ayudó siempre. Y nunca se cansó de corregir mi "inglés caucásico", como decía ella. Es imposible hablar de Norah sin sonrisa en la cara. Siempre recordaré nuestras inacabables discusiones sobre "terminología lítica". Una vez, para hacernos entender sobre lo que estábamos hablando cada una de nosotras, acabamos en el río del pueblo tallando lascas y volvimos a casa llenas de moratones, pero contentas de la "clase experimental" que habíamos hecho.

A pesar del dolor inmenso que siento estos días, Norah siempre será mi querida profesora y amiga.

Ethel Allué (IPHES): Desde hace un tiempo, durante el período en el que imparto la asignatura de Prehistoria para estudiantes de grado, siempre me acompaña el manual de Norah Moloney Biological Anthropological and Prehistory: Exploring our Human Ancestry, una de las mejores herramientas que existen para las primeras etapas de formación en evolución humana. Norah me seguirá acompañando a través de su recuerdo y de todos los momentos en que he disfrutado de su risa, conversación y vitalidad que tanto la caracterizaban. La conocí en 2005 y desde entonces he tenido la suerte de coincidir con ella en excavaciones arqueológicas y visitas recíprocas en Tarragona y Londres. Norah era una persona grande de corazón y enormemente generosa que quedará siempre en el recuerdo de todas las personas que la conocimos.

Yolanda Fernández-Jalvo (MNCN): Norah ha tenido siempre un carácter afable, divertido, y ha sido una persona excelente y entrañable. Siempre modesta, nunca reconoció su gran influencia en quienes estábamos a su alrededor, con esa gran calidad humana y grandísima facilidad de transmitir sus conocimientos y su generosidad. Era una irlandesa nacida en Londres con una gran dosis de humor que la hacía atípica y… muy Norah, muy nuestra ¡La grandísima ayuda que nos brindó como arqueóloga y organizadora durante las prospecciones de Armenia y las excavaciones de Azokh! También era de alabar su capacidad pedagógica que transmitía con tanta facilidad a los estudiantes, ¡aun sin saber el idioma del lugar! Tantas tardes compartiendo risas, Kilikias y khorovats… Norah, siempre joven, siempre jovial, siempre maravillosa, siempre en nuestros corazones, siempre en mis pensamientos.