Ana Isabel Ortega/EIA
Para tener el placer de observar el paisaje desde el aire la forma más sencilla es perderse entre las imágenes de Google Earth. Observamos la sierra de Atapuerca, los bosques, los ríos y sus riberas, los campos de cultivo, los pueblos, los numerosos y variados caminos, el trazado del ferrocarril y la trinchera con los yacimientos… También merece la pena resaltar el color de las tierras y las tonalidades que señalan el paso de antiguos cauces y caminos desaparecidos.
Google Earth ofrece la oportunidad de disfrutar de la visión del águila y su observación nos convierte en magníficos cazadores de anomalías del paisaje. Esto es lo que ocurrió durante la preparación del artículo “El humedal de Atapuerca y las diosas Lugunas”, publicado en el anterior número de este Periódico. Observando la extensión de la laguna mis ojos se clavaron en los colores de un campo de cereal y, como el águila, giré mi objetivo y caí del cielo para enfocar mi presa. Eran construcciones, una especie de nave con ábside y un elemento circular. Un segundo vuelo de reconocimiento, días más tarde, permitió distinguir mejor estos edificios y encontrar nuevas estructuras ocultas en el subsuelo, relacionadas con una villa romana y su complejo termal.
La casualidad del vuelo sobre la laguna dio paso a la identificación del yacimiento romano de San Polo de Atapuerca, un asentamiento imperial datado entre los siglos II a IV d. C. en donde se rendía culto como divinidades protectoras a Minerva y a las diosas Lugunas. En la Edad Media se conoce como Quintana Muni (951), o Quintana (1071), y mantiene una ermita dedicada a San Polo.
En la actualidad no se ve ningún edificio, pero Google Earth nos permite volar como las aves y soñar como los humanos viajando hacia el presente y también hacia el pasado.