Un estudio sostiene que Lucy murió al caerse de un árbol


Lucy, uno de nuestros ancestros más conocidos, perdió la vida por las fracturas que se originó al precipitarse desde un gran árbol. Así lo afirma un estudio liderado por el paleoantropólogo John Kappelman, de la Universidad de Texas, y publicado en la revista científica Nature.

 

Los restos fósiles del esqueleto de Lucy fueron hallados en 1974 en la región de Afar, en Etiopía. Se trataba del 40 % del esqueleto de una hembra de 1,10 metros de estatura y unos 27 kg, que combinaba rasgos modernos con características de chimpancé. Tres años después de su descubrimiento, esta nueva especie fue denominada Australopithecus afarensis. Sus extremidades y pelvis indican que caminaba erguida, aunque también trepaba por los árboles. Hasta el momento no se había determinado la causa de su muerte.

 

Los investigadores que han desarrollado este trabajo han analizado los restos originales de Lucy y las imágenes obtenidas tras su escáner mediante tomografía computarizada (TC), una técnica de diagnosis no destructiva que proporciona cortes de alta resolución. Gracias a estas imágenes, pudieron observarse fracturas en el húmero derecho que no eran habituales en fósiles, por lo que consultaron a un cirujano ortopédico, que determinó que dichas fracturas fueron causadas por una caída desde una altura considerable. Los autores concluyen en su artículo que las roturas se produjeron antes de morir, e incluso que la caída fue la causa de la muerte.

 

José María Bermúdez de Castro, codirector de los yacimientos de la sierra de Atapuerca, no comparte las conclusiones excesivamente concretas de este estudio. En declaraciones al periódico El Mundo manifestaba la imposibilidad de precisar detalles tales como si se cayó de un árbol o de un acantilado.