Vida y muerte en la Sima de los Huesos


Trocito a trocito, cada mes de julio se recuperan en la Sima de los Huesos (SH) pequeños fragmentos de hueso de los esqueletos de los 29 individuos contabilizados hasta la fecha, que habitaron la sierra de Atapuerca hace más de 400.000 años. Más de 2.000 de esos fragmentos corresponden a cráneos, denominados cariñosamente como “galletas”, que el equipo de SH va uniendo pacientemente desde hace décadas para formar la colección de cráneos fósiles más completa del registro fósil. Estos fósiles están proporcionando una información increíblemente valiosa sobre esta población, y cada año nos permite averiguar cosas nuevas y también ratificar hipótesis previas. La forma en la que se fractura un hueso difiere en función del proceso que ha producido la fractura, así como del momento de rotura. Diferenciamos tres momentos: fracturas ocurridas en vida con la consiguiente curación y cicatrización ósea de la lesión (ante mortem); fracturas producidas en el momento próximo a la muerte, es decir, con tejidos blandos, pero sin curación de la lesión (peri mortem); y procesos acontecidos tras la descomposición de la fracción orgánica de los cadáveres (post mortem). El análisis de estas fracturas y otras modificaciones óseas, por tanto, puede proporcionar información sobre la vida, la muerte y los procesos ocurridos tras la muerte de los individuos hasta su excavación.

Gracias al estudio del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA), recientemente publicado en la revista científica The Anatomical Record, hoy sabemos que esta población estaba expuesta a episodios generalizados que causaban impactos no letales en la región craneal. Es decir, estos individuos se golpeaban la cabeza frecuentemente, pero curaban las heridas, dejando en el hueso las cicatrices de estos traumatismos. 17 de los 20 cráneos presentan evidencias de golpes con objetos contundentes. Algunos especímenes contaban con una sola lesión, pero otros acumularon en sus bóvedas craneales más de 10 cicatrices. En total, se han contabilizado 57 lesiones en diferentes regiones de la bóveda craneal. Se ha realizado un análisis sobre la incidencia de estos golpes a nivel poblacional y se ha podido constatar que afectan a individuos de todas las edades y sexos y, por tanto, no hay un patrón preferencial por un grupo concreto de esta población fósil.

Hace unos años se descubrió que algunos cráneos de la Sima de los Huesos contaban con fracturas peri mortem, producidas en un momento próximo a la muerte, interpretadas como posibles casos de violencia interpersonal. Uno de los casos más conocidos es el cráneo 17, que presenta dos fracturas penetrantes idénticas en el hueso frontal. El nuevo análisis tafonómico de la colección, que hoy en día cuenta con tres nuevos individuos craneales, ha podido constatar la presencia de un nuevo espécimen con fracturas craneales peri mortem. Con este, ya son nueve cráneos con evidencias de traumatismos que pudieron ser letales. Se ha realizado un análisis de la localización de estas lesiones y se ha constatado que de los nueve especímenes con traumatismos peri mortem, seis de ellos presentan fracturas penetrantes (agujeros circulares con similar tamaño) en la región izquierda de la nuca. Este patrón es tan recurrente que deja poco margen a la interpretación. Esta localización no es la esperable para traumatismos accidentales y son más compatibles con lesiones producidas intencionadamente y, por tanto, son interpretadas como posibles casos de violencia, al igual que el cráneo 17.

Por último, se han documentado modificaciones post mortem de los individuos y se ha podido constatar que, tras la muerte de los individuos, solo alteraciones características de ambientes de interior de cueva han actuado sobre los esqueletos: fracturación de huesos secos por peso de sedimentos y precipitación de minerales (calcita y óxidos de hierro y manganeso). No se han documentado marcas que atestigüen largo transporte de los restos en el interior de la cavidad. Podemos interpretar que los esqueletos llegaron a la cueva completos y poco tiempo después de su muerte.

Los cráneos fósiles de la Sima de los Huesos han permitido registrar procesos sobre las duras condiciones de vida de estos individuos. Los casos de violencia, aunque siguen despertando interés a pesar de haber sido producidos hace miles de años, no son ajenos a nuestra naturaleza. Los acontecimientos sucedidos estos últimos días en el norte de Europa dan buena cuenta de ello.

Referencia del artículo:

Sala, N., et al., 2022. Taphonomic-forensic analysis of the hominin skulls from the Sima de los Huesos. The Anatomical Record, 1 19. DOI: https://doi.org/10.1002/ar.24883