El viaje del Héroe de Atapuerca


Por Gabriel Capitelli

Los yacimientos de la sierra de Atapuerca atesoran la memoria milenaria de la antigüedad, en un periodo de más de un millón de años. Gracias a la excelente relación entre la Universidad de Buenos Aires (Argentina) y la Universidad de Alcalá (Madrid, España) tuvimos la ocasión de conocer estos yacimientos hace unos meses. Sin duda, fue un delicioso recorrido guiado por algunos de los expertos descubridores que nos emocionaron con el relato de los conmovedores descubrimientos, genuinos y trascendentes, a lo largo de los últimos 40 años.

Nuestro equipo de la Universidad de Buenos Aires tiene una larga experiencia de terreno en la recuperación y el estudio de fósiles de animales en el nuevo continente, pero no en evolución humana de campo. Fruto de esta nueva relación, ha comenzado una ilusionante colaboración docente y de investigación sobre la base del conocimiento y la experiencia del Equipo de Investigación de Atapuerca en la “Tierra de Nuestros Mayores”. Un equipo ibérico abnegado, profesional, serio, capacitador, motivador y con la bonhomía de los humildes nos ha abierto la puerta para un intercambio de conocimientos a nivel global.

Con ese propósito, nuestras universidades han creado el flamante Centro Francisco Javier Muñiz de Evolución Humana y de los Ecosistemas, que servirá de hilo conductor a investigaciones transdisciplinares por parte de grupos de investigación de las dos universidades sobre la interacción humana y animal a ambos lados del Océano Atlántico. Los resultados de estas investigaciones serán difundidos a la sociedad argentina y a la española con la inestimable colaboración de la Fundación Atapuerca. Trabajaremos en áreas como la antropología, la antrozoología y la arqueología de ambos continentes, la evolución de los ecosistemas terrestres y acuáticos, la digitalización de fósiles y la paleontología virtual, la evolución de la relación depredador-presa, y, muy especialmente, el estudio de las enfermedades transmisibles entre personas y animales.

Caminar por los senderos del yacimiento es convivir en el presente y en el pasado con la historia de nuestros antepasados, pero también con la de los animales que son nuestros compañeros en el presente. El sendero de la noche de los tiempos de Atapuerca une poblaciones de diversas estructuras genéticas y proyecta al futuro nuestras dudas razonables: poblaciones gregarias, origen del cuidado, caza de animales por emboscada, cruzamiento entre especies, paisajes antiguos, estructuras simbólicas…

Caminar por la Trinchera de la mano de quienes la estudiaron, la estudian, la profundizan, la sueñan y nos muestran las evidencias científicas de sus descubrimientos paso a paso, nos recuerda el viaje del Héroe de Campbell, en sus doce pasos: el mundo actual del que parte, la tierra de nuestros antepasados, el desafío de buscar y encontrar los hallazgos que certifican que durante cientos de miles de años vivieron los que nos antecedieron en el camino de la vida, el temor por salir de la zona de confort y adentrarse en las cimas, las evidencias encontradas que alimentan la teoría, el cruce del umbral hacia el pasado remoto, la salida a la luz de las interacciones de las sociedades primitivas, la superación de etapas para unir los eslabones perdidos, los hitos que marcan los procesos drásticos de la historia evolutiva. Al traer los fósiles cientos de miles de años al presente para que vean la luz, los investigadores de Atapuerca han iluminado, a través de las publicaciones mundiales, nuestro conocimiento de la memoria milenaria de la humanidad en todo el planeta. El modelo de Campbell nos permite aproximarnos a Atapuerca e incorporar el modelo básico de la épica de las civilizaciones que nos llevan a los albores de la humanidad.

Atapuerca es una vivencia única de vida, de muerte, de recirculación de energía, de curiosidad ilimitada, de sensaciones desencontradas donde conviven el presente y el pasado, y que se proyecta al futuro a través del viaje del héroe. Las generaciones posteriores en el próximo milenio solo tendrán que recoger lo que natural y científicamente ha brotado a la luz, para poder completar el camino de la Trinchera con los héroes del presente. Atapuerca es una sensación oceánica, que permite caminar por las nubes inequívocas del método científico, a través de un equipo ejemplar que ha logrado una ruptura epistemológica en décadas anteriores y que la ejerce día a día con la generación de nuevos conocimientos.

Un agradecimiento final, a todos y a todas integrantes de la familia Atapuerca. Ha sido, es y será un privilegio poder interaccionar con todos vosotros y con los yacimientos. A través de las distintas pruebas y de la serie de obstáculos que tuvisteis que superar habéis construido una entidad única, una aventura del conocimiento, una ventana al pasado con proyección al futuro y nos habéis mostrado lo fundamental de la esencia humana en el confín de los tiempos.

Dr. Gabriel Capitelli

Catedrático de Biología Evolutiva, Facultad de Ciencias Médicas CBC. Universidad de Buenos Aires (UBA, Argentina).

Codirector del Centro Francisco Javier Muñiz (UAH-UBA) para el Estudio de la Evolución Humana y de los Ecosistemas con especial atención al Continente Americano.

Responsable de las Relaciones con Europa de la Universidad de Buenos Aires (Argentina).