Los Claveles, sede central o campamento base


Por Patricia Martínez García

Corría el año 1976 cuando Emiliano Aguirre llamaba a la puerta del restaurante “Los Claveles”, en Ibeas de Juarros, Burgos, regentado por Sole y Juan Ángel. Era un lunes, alrededor de las 19 horas. Lo recuerdan bien, porque en aquellos tiempos solo cerraban esa tarde de la semana. Sole no dudó ni un segundo en abrirle la puerta y le preparó las habitaciones. Han pasado ya más de 40 años desde entonces, y desde aquel día, la familia de “Los Claveles” convirtió a este equipo en parte de la suya.

Si quieres sacarle una sonrisa a Sole o a cualquiera de los hijos que actualmente están al frente de“Los Claveles” (Carlos, Raquel y Santi), incluida a Tere, que fue una más en la familia, solo tienes que preguntarles por aquellos veranos de los 80. Todos coinciden en que fueron años de risas, de cariño, de buen humor y de mucho trabajo.

Durante los primeros años, solo se alojaba Emiliano Aguirre, que, como dice Sole, “daba gusto oírle hablar, y su mirada trasmitía paz y cariño”. Con el tiempo, Emiliano comenzó a venir acompañado por una veintena de jóvenes que desayunaban, comían y cenaban allí todos los días. Recuerdan que la mayoría venían de Zaragoza, Madrid, Burgos o Cataluña. Mencionan nombres como Rodolfo, Enrique, Aurora, Yolanda, Nacho, Ana G., Juan Luis, Eudald, José María y muchos más. De Burgos, por aquel entonces, solo estaban Carlos Díez y Ana Isabel.

Sole recuerda perfectamente el día que vio por primera vez a Eudald: con una larguísima barba, sin zapatos y fumando en pipa. Tiene grabada en la memoria cómo Eudald se comía las moscas: “Me acuerdo mucho de cómo se las guardábamos en botes”, explica entre carcajadas. “Todos eran —y siguen siendo— un equipo unido, con un gran corazón. Aunque han llegado a lo más alto en su profesión, siguen siendo igual que hace 40 años. Eso es lo que les hace tan especiales”, concluye.

Santi, por su parte, recuerda al grupo que lavaba en el río, ya que muchas tardes iba a verles y les llevaba bocadillos. “Muy buena gente”, apunta. Uno de sus mejores recuerdos es el día en que descubrieron un hallazgo importante en el río: todos chillaban y saltaban de alegría. Sin duda, “les ilusionaba su trabajo y se les notaba desde lejos”, afirma.

En aquellos tiempos no existían los móviles, pero los hallazgos se comunicaban rápidamente, y siempre se celebraban con un buen vino que el propio Emiliano elegía de la bodega que Juan Ángel cuidaba con esmero.

Lo que más admiraban Raquel y Tere de todos ellos era que, después de haber pasado el día trabajando duramente en los yacimientos, al llegar la hora de la cena siempre las saludaban con una sonrisa y muy buen humor. “Después de las cenas siempre encontraban un momento para divertirse”, añade Carlos, que recuerda aquellas noches jugando con ellos al futbolín en "La Vega" (un antiguo bar de Ibeas), bailando en las verbenas de los pueblos o charlando sobre el futuro de Atapuerca en los bancos de "La Cantina", también en Ibeas..

Las primeras ruedas de prensa se celebraban en el comedor de “Los Claveles”. Sole lo recuerda muy bien ya que ponía los mejores manteles, preparaba todo con mucho cariño, y el teléfono no dejaba de sonar. Periodistas, familiares, colegas… todos sabían dónde encontrarlos.

En “Los Claveles” guardan un cariño especial por cada una de las personas que conocieron en aquellos años. Algunos siguen presentes, y otros, como “Motoflash” (Mariano Bautista, que falleció hace un tiempo), ya no están, pero siguen muy vivos en la memoria. Siempre sonriente, Mariano fotografiaba cada momento. Hoy en día, siguen compartiendo buenos momentos con muchos de ellos, y sin duda, aquellos veranos forjaron un vínculo profundo y duradero que aún perdura.

Los yacimientos de la sierra de Atapuerca y “Los Claveles” han crecido de la mano, gracias al esfuerzo y la dedicación de muchos jóvenes llenos de ilusión. A lo largo de estos años, “Los Claveles” ha sido la sede central del Equipo de Investigación de Atapuerca, un lugar de encuentro, de confidencias, de gestación de proyectos y, por supuesto, de celebraciones.

Desde este espacio, toda la familia de “Los Claveles” quiere felicitar al Equipo de Investigación de Atapuerca por el impresionante trabajo realizado durante estos más de 45 años y, sobre todo, por ser un gran EQUIPO formado por grandes personas.