Desde Atapuerca hasta los confines de China


José María Bermúdez de Castro y María Martinón-Torres / CENIEH

Un año más, varios miembros del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) han continuado su relación científica con investigadores de instituciones de la Academia de Ciencias de China. Quienes escriben estas líneas han tenido ocasión de participar en el nonagésimo aniversario del descubrimiento del primer cráneo de Homo erectus en el yacimiento de Zhoukoudian, celebrado entre los días 1 y 4 de diciembre de 2019. El congreso internacional organizado con motivo de este feliz acontecimiento tuvo una emotividad muy especial. Quizá, uno de los momentos cruciales fue la medalla que los organizadores impusieron a los científicos todavía supervivientes de aquel evento. En particular, al profesor Xinzhi Wu (91 años), que ofreció una charla breve sobre sus investigaciones. Aunque con escasa movilidad, impresionó por su lucidez mental.

Asimismo, nos impresionó la visión de los dirigentes del gobierno de China en su apuesta por los jóvenes talentos del país.Tanto hombres como mujeres han realizado estancias en países occidentales y han regresado con idiomas, con información científica de primera calidad, lazos científicos con otras instituciones y un contrato indefinido. Es motivo de sana envidia, pero un ejemplo a seguir en otros países, como el nuestro. El futuro está en el desarrollo de ese talento.

Además de esta reunión, tan importante para reforzar lazos con nuestros colegas del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología (IVPP) de Pekín y con otros científicos venidos de diversos países del mundo, tuvimos ocasión de ver varios originales de fósiles humanos. Los resultados de algunos de esos fósiles acaban de publicarse, mientras que otros permanecen a la espera de su estudio definitivo.

Nuestra estancia en el IVPP permitió la revisión del próximo trabajo de investigación en curso liderado por el científico Xing Song, y la posibilidad de contribuir a nuevos estudios de enorme relevancia para entender la evolución humana en China desde hace un millón de años hasta la llegada de las primeras poblaciones de Homo sapiens.

Este último evento pudo suceder en el sur de ese país mucho antes de lo que se había pensado. Tuvimos la inmensa fortuna de visitar dos de los yacimientos de Homo sapiens, cercanos a la ciudad de Nanning y a unos 200 kilómetros del Pacífico. Un viaje relámpago por falta de tiempo, pero de una enorme intensidad emocional. Las visitas a la China más rural siempre nos dejan una huella muy profunda en nuestro recuerdo.