La cueva El Mirador, a debate


Patricia Martín (UB), Ethel Allué (URV-IPHES) y Josep Maria Vergès (URV-IPHES)

“Pastores y agricultores de la Prehistoria. Una mirada transdisciplinar al registro arqueológico de El Mirador (Atapuerca, Burgos)” fue el nombre de la reunión científica que tuvo lugar el pasado 4 de diciembre en el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) en Tarragona. La jornada, organizada por Ethel Allué (IPHES - Universidad Rovira i Virgili, URV), Patricia Martín (Universidad de Barcelona) y Josep Maria Vergès (IPHES-URV), reunió a todos los investigadores que colaboran en el proyecto de este yacimiento y sirvió de foro para debatir y establecer nuevas colaboraciones.

La cueva de El Mirador se sitúa en el extremo sur de la sierra de Atapuerca y se excava desde el año 1999. Este lugar fue principalmente empleado para la estabulación de ovejas y cabras y ha proporcionado datos importantes para comprender los inicios de las prácticas agrícolas y ganaderas en la Meseta. Los excrementos de estos animales se acumulaban en su interior y eran periódicamente quemados para reducir su volumen y desparasitar la cavidad. Este proceso forma los denominados depósitos de fumier, siendo El Mirador uno de los más amplios y mejor conservados. Además, durante el Calcolítico, también se utilizó como un lugar para enterrar a los muertos.

Durante la jornada se presentaron 13 comunicaciones en las que participaron 57 personas, procedentes de 14 instituciones. En ellas se abordó un amplio abanico de problemáticas encuadradas en un total de 21 disciplinas. Así, la sesión comenzó con una contextualización paleoclimática y de paleoambiente, proporcionada por varios estudios interdisciplinares. Las prácticas agrícolas y ganaderas fueron abordadas a través de los estudios arqueobotánicos y zooarqueológicos. Estas habilidades también fueron tratadas a través de los estudios micromorfológicos, de química analítica y tafonómicos sobre la formación de la secuencia de fumier.

Los estudios presentados relacionados con el uso de la cueva como espacio funerario se centraron en el análisis de la dieta a través de las trazas en los dientes, el canibalismo, las patologías, los estudios paleoantropológicos y estudios genéticos que permitieron entender cómo eran los grupos humanos física, genética y culturalmente. Siguiendo esta línea cultural, el conjunto de El Mirador ha proporcionado también elementos de la cultura material como restos de la tecnología lítica o la cerámica, cuyas presentaciones clausuraron la serie de comunicaciones.

Los participantes de esta reunión procedían de diversas instituciones, algunas integradas en el proyecto de Atapuerca, como Jaime Lira (Universidad Complutense de Madrid-Instituto de Salud Carlos III,UCM / ISCIII) y Ángel Carrancho (Universidad de Burgos) y otros colaboradores como Ana Polo (University of Sheffield), Iñigo Olalde (Universidad Pompeu Fabra) y Javier Iglesias (Universidad Complutense). La reunión contó con la presencia de Carles Lalueza-Fox (Universidad Pompeu Fabra), quien impartió una conferencia magistral sobre genómica. La reunión científica incluyó también una exposición de materiales bajo el nombre "El Mirador: 20 años de investigaciones” y dos series fotográficas: “El Mirador: 20 años en 10 imágenes” y “El Mirador: una mirada a través del microscopio”.