Compromiso y acción


Por Antoni Canals Salomó / IPHES-URV

Compromiso resulta, sin ninguna ambigüedad, una palabra dura y difícil. Lo es en términos científicos, pero su dimensión personal y social determinan la estrategia de acción y reacción ante eventos tales como la COVID-19. Para todos resultaría más sencillo hablar de compromiso sin imperativos tecno-sanitarios, pero hoy debemos afrontar ese hecho, esa “nueva normalidad” y su traslación a la actividad arqueológica en los yacimientos de la sierra de Atapuerca, sin dilación y con proyección de futuro. Esa es la acción.

La organización de estos periodos de excavaciones no es tarea simple o sencilla. Implica agentes sociales, económicos, empresariales, políticos, académicos y científicos. Comprometerse con una tarea de dimensiones universales es, sin duda, un compromiso personal, de equipo y de comunidad. El grupo de Logística y Gestión, integrado por miembros del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) y dirigidos por José María Bermúdez de Castro y la Fundación Atapuerca, se vuelcan, desde hace años, en la organización de las campañas. La logística de las excavaciones, como sistema de apoyo a la ejecución de los ámbitos sociales, científicos y arqueológicos, engloba la totalidad de los procesos que hacen posible la ejecución del trabajo de campo: alojamiento, gestión de participantes, materiales de excavación, registro de datos, prensa y noticias, posprocesamiento, restauración y conservación predictiva… Es decir, todos los hechos y procesos que implican personas e instituciones.

Sin un firme compromiso para ejecutar, año tras año, las excavaciones veraniegas en los yacimientos de la sierra de Atapuerca, sería tarea imposible movilizar empresas, instituciones, personas y colaboradores en la construcción de conocimiento. La campaña de 2020 será recordada como el inicio de una “nueva normalidad”. Esa cosa extraña, oída, discutida y no siempre entendida, nos impone nuevos modos de operar en la práctica arqueológica; del “funciona como te vaya bien” al “debes ceñirte a estos parámetros”. Un engorro, sin duda, pero un reto en términos de organización, gestión e infraestructuras.

Todos los mecanismos de que dispone el Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) y la Fundación Atapuerca han sido claves para que este año sea recordado como el inicio de un nuevo éxito en el trabajo de campo, cumpliendo condiciones muy difíciles, dramáticas en ocasiones, que se nutren del esfuerzo de todos. El compromiso del grupo de Logística y Gestión, apoyado por la Dirección y la Fundación Atapuerca, no atiende a discusiones, sino que se implica en la resolución, para la campaña, de todos aquellos aspectos que la condicionan. Comprometidos con ese objetivo, acometemos todas aquellas acciones que acompañan, y facilitan, las tareas de excavación arqueológica. Un hecho doméstico amplificado para el funcionamiento de una mega estructura.