Los doctores Ramon Viñas, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y Joaquín Arroyo, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, codirigen un proyecto de colaboración que incluye también otras instituciones mexicanas: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).
El primer poblamiento de América es una de las líneas de investigación más destacadas a escala mundial. ¿De dónde procedían las primeras poblaciones? ¿En qué momento accedieron al continente? ¿Por qué rutas llegaron a él? Estas son algunas de las preguntas que Viñas y Arroyo intentan resolver mediante la excavación sistemática de distintos sitios de los estados mexicanos de Oaxaca, Baja California Sur y Sonora. Sus objetivos se centran en la búsqueda de evidencias sobre los orígenes de estos primeros pobladores, en conocer su forma de vida, con qué grupos de animales convivieron, y su comportamiento simbólico. Hasta hoy se han realizado cinco campañas de excavación, que han puesto al descubierto varios yacimientos del Pleistoceno final y del periodo Arcaico, que han permitido tomar muestras de pinturas rupestres en Cueva Pintada (Baja California) para su datación radiométrica.
Hay que destacar la excavación sistemática desde 2007 del yacimiento Pleistoceno de la Barranca del Muerto, en Santiago Chazumba (Oaxaca), porque contiene restos de megafauna y presencia humana que atestigua la convivencia de ambos grupos en este territorio. Hasta el momento, el depósito de la Barranca del Muerto ha proporcionado una abundante fauna extinta del Pleistoceno final: mamut, gonfoterio (un paquidermo más pequeño), perezoso gigante, gliptodonte, milodonte y pampatherium, todos ellos animales extintos propios del continente americano.
En algunos huesos se han localizado marcas de corte, lo cual indica que los humanos se adaptaron a aquel entorno y aprovecharon la fauna propia del continente de forma sistemática y extensa. Asociados a estos restos también se ha hallado industria lítica de carácter expeditivo, adaptada a una necesidad funcional inmediata. La fauna descubierta es del tipo definido por el gran yacimiento del Rancho la Brea, y de características neotropicales, aunque la presencia de especies como el caballo y algunos roedores y tortugas, que pertenecen a climas más secos con pastizales, sabanas, matorral xerófilo y bosque templado, indica un ecosistema bastante diverso en las inmediaciones del yacimiento.
Algunos de los animales hallados permiten también aproximar la cronología. La presencia de gliptodonte, que en otro sitio cercano tiene una antigüedad que va desde los 19.310 hasta los 25.000 años en los niveles inferiores, y la descripción de tortugas de clima seco y semiárido en la Barranca del Muerto, señalan una etapa anterior a los 22.500 años para este yacimiento. Estos resultados muestran la importancia de este proyecto.